sábado, 10 de julio de 2010

Haitianos recibidos en México lidian con idioma, trabajo y racismo REPORTAJE

Fuente: Andrea Sosa Cabrios (dpa)

Ciudad de México, (dpa) - Llegaron a México por aire y por mar con visas humanitarias después del terremoto de Haití. Seis meses después de la tragedia, muchos lidian ahora en México con el idioma, el desempleo y la discriminación.


Sin embargo, la marcha atrás no está en sus planes. "Sólo volvería a Haití para buscar a mi familia y traerla a México", dice "Garry", un ex guardia de seguridad de 29 años que no quiere dar su verdadero nombre y llegó el 2 de marzo en un avión militar con otros 68 haitianos.


Apenas habla español y está sin empleo. Su mujer y sus tres hijos pequeños siguen en Puerto Príncipe y, aunque obtuvieron permiso de residir en México, "Garry" no tiene dinero para pagarles el pasaje.


En la capital haitiana trabajaba en el área de seguridad de la terminal petrolera de la distribuidora Dinasa en Thor. Al llegar a México se empleó poco tiempo como ayudante de cocina en un restaurante hasta que se rompió un brazo entre los empellones del metro de la Ciudad de México.


"Aquí en México, nada más la cocina contrata haitianos. No entiendo por qué no en otras áreas, porque muchos tienen capacidad", relató a dpa.


Dice que no le ha tocado personalmente sufrir discriminación, aunque sabe que otros sí han tenido problemas. "Para mí los mexicanos son muy amables. Lo más difícil es el idioma. Si hablara la lengua, podría vivir mejor en México".


Las autoridades mexicanas trasladaron desde Haití a un total de 511 personas, en tres grupos, con un programa temporal de reunificación familiar.


Cuando llegaron hubo comentarios racistas en foros de Internet. "Ellos (los negros) tienen otra forma de pensar, son agresivos por naturaleza y no se adaptan a la vida normal de las ciudades con una sociedad más conservadora. ¿Por qué ahora perjudican a México trayendo a esta gente?", escribió un internauta el 19 de abril en "El Universal".


Los haitianos recibieron visas humanitarias con vigencia por un año y posibilidad de prórroga, que les permiten trabajar y estudiar, en un país donde hay millones de personas sin empleo o que viven sin su documentación en regla.


La mayoría de los recién llegados carece del estatus de refugiado, que protege a los que huyen de una persecución por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia social o por sus opiniones políticas.


Por lo tanto, no están bajo la responsabilidad directa del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ni de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), y fueron canalizados con organizaciones no gubernamentales como Sin Fronteras.


"Si tú eres reconocido como refugiado, el Estado que da asilo se compromete a dar protección", explicó a dpa el director ejecutivo de Sin Fronteras, Emilio Chávez. En cambio, con las visas humanitarias dependen de sus propios medios, de sus familias y de la ayuda de ONG's.


"Algunos han sido acogidos en casas de otros que también están en una situación complicada", afirmó Chávez. "Sufren discriminación, problemas para acceder al empleo e incluso los que ya estaban en México y tenían cierta estabilidad antes del terremoto, como estudiantes apoyados por sus familias desde Haití, ahora la perdieron".


"Garry" piensa que si su esposa e hijos pudieran viajar, lejos de complicarse las cosas, se facilitarían. "Mi esposa tiene muchas capacidades. Habla español, inglés, francés, creole. Podría trabajar como profesora de francés en la universidad o dar clases en casa".


Desde el terremoto del 12 de enero hasta mayo, la ONG atendió a 206 haitianos, en comparación con los 175 de todo 2009. De ellos, 15 tienen algún tipo de empleo (7,3 por ciento) y los 191 restantes están desempleados.


Según Alejandro de la Peña, psicólogo social de Sin Fronteras, "hay hasta diez personas en una casa son sostenidas con un solo empleo". El presupuesto para ayudarlos es escaso y "con el tiempo la gente se va olvidando lo de Haití"

http://www.elpais.cr/articulos.php?id=28387

Santos Presenta Queja contra Jugadores Pumas por Racismo

Por Rogelio Arredondo
Posted 05/11/2010

Después de que durante un partido de fútbol celebrado entre los Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Santos de Torreón, jugadores del equipo universitario insultaran con calificativos racistas al defensa del equipo de la comarca lagunera, Felipe Baloy, Santos presentará una protesta en la Federación Mexicana de Fútbol (FMF).

"Es una situación reprobable que un jugador sea insultado de esa manera; Baloy está muy molesto pero tiene todo nuestro apoyo y en su momento se dará esa situación, estamos en tiempo y forma; la FMF está enterada y lo más importante es la situación del jugador," comentó Gustavo Villa, vicepresidente del Club Santos.

De acuerdo a las declaraciones de Baloy, los jugadores Marco Palacios y Darío Verón lo insultaron llamándolo "mono", "negro" y "esclavo".

Por su parte, Mario Trejo, director deportivo de los Pumas, dijo que desconocía los hechos al respecto del comportamiento de los jugadores de la institución universitaria y aseguró que hay "situaciones que son naturales del juego".

"En la cancha se dicen muchas cosas, no nada más de carácter personal sino de familia, se da mucho eso. Entendería manifestación racista con alguna expresión de la tribuna, en los periódicos o expresión pública," dijo Trejo.

viernes, 9 de julio de 2010

Acusan a Televisa de racista

Alicia Estrada
Agencia Reforma | 07-07-2010 | 21:19 | Espectáculos

Los Angeles— A pesar de que en la Copa Mundial de Futbol piden un alto a la discriminación racial, en México se promueve el racismo a través de la principal cadena televisiva que tiene los derechos para transmitir los partidos con sus sketches cómicos, afirmó Los Angeles Times.

Según el diario, Televisa utiliza personajes caracterizando en sus parodias a los africanos, anfitriones de la máxima justa futbolera, en una nota llamada ‘La cara fea del racismo aparece en México’, firmada por Tracy Wilkinson, quien se encuentra reportando de la Ciudad de México.

En el artículo acusan al programa ‘Primero el Mundial’, conducido por Carlos Loret de Mola, Brozo, Enrique Burak y Jacqueline Bracamontes, donde muestran personajes africanos caricaturizados (personas con caras pintadas de negro, pelucas, vestimenta de pieles y armados con lanzas), en pleno siglo XXI.

Sin embargo, de acuerdo a la publicación, Televisa argumentó que se trata de una parodia inofensiva.

Ante la respuesta, la periodista dijo que después de todo, uno de los co-anfitriones del programa es un payaso de pelo verde y las audiencias están por las nubes.


No predican con el ejemplo

En el partido Holanda contra Brasil, en los cuartos de final, los dos equipos mostraron al mundo una pancarta que decía ‘No al racismo’.

“Pero esto es México y la definición de racismo es complicada e influenciada por la propia relación torturada con fuerzas invasores y con las culturas indígenas. Muchos mexicanos dicen que no son racistas o que existe poco racismo en México, una nación, después de todo, de mestizos, que son de sangre europea e indígena”, se informa en el periódico.

El artículo también señala que lo que parece ser para los mexicanos apodos de afecto o amistad, para los estadounidenses son términos ofensivos que hieren la sensibilidad.

“A pesar de todo, en México y otras partes de América Latina, personas operan con un nivel de comodidad diferente cuando se trata de atributos físicos. Sigue siendo común para los mexicanos a utilizar apodos como ‘chino’ para alguien con ojos en forma de almendra, ‘negrito’ para una persona con piel oscura, ‘gordo’, para alguien sobrepasado de peso. Estos términos son escandalosos cuando se ve a través del prisma de las sensibilidades de los estadounidenses, pero aquí (en México) se utilizan generalmente en un contexto de afecto y amistad”.

Agregan que el problema del enfoque al racismo en México estalló cuando el entonces presidente Vicente Fox, en lo que iba a ser una defensa de la inmigración mexicana a Estados Unidos, dijo a una audiencia que los inmigrantes mexicanos eran necesarios, ya que realizan los trabajos que “ni siquiera los negros” querían hacer.