miércoles, 27 de febrero de 2013

Es necesario redefinir conceptos para evitar el racismo y el olvido: Kalu Tatyisavi


Por : Paula Carrizosa
2013-02-26 04:00:00


Para el poeta ñuu–savi Kalu Tatyisavi, ganador del Premio Nezahualcóyotl de Literatura en Lenguas Mexicanas 2012, es tiempo de poder redefinir conceptos como pueblos indígenas, indios y etnias, ya que éstos contribuyen a continuar con el racismo, la discriminación y el olvido de la historia mesoamericana.
A la par, consideró que es necesario dejar que el Día internacional de las lenguas maternas sea un esfuerzo de lástima, de evasión de impuestos o de actos que utilizan un disfraz de filantropía.
“Es lamentable que no se conmemore todos los días, que no desarrollemos el arte, la pintura, la escritura y el teatro de los pueblos, ya que no hacerlo es perderse la posibilidad de ver que están vivos sus pensamientos y su filosofía”, señaló.
Para Kalu Tatyisavi, nacido en 1960 con el nombre de Carlos España en el municipio de Tlaxiaco, Oaxaca, el arte “debe mostrar el filo, la orilla y la memoria de los pueblos originarios”.
Al participar en la Segunda Feria del Libro en Lenguas Maternas, que realizó la Unidad regional de culturas populares en colaboración con el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla –que culminó el domingo–, señaló que el paradigma de la modernidad fue el comercio y la invasión, y ahora el modelo neoliberal apuesta por la desaparición de todas las lenguas y la prevalencia de una sola: el inglés.
Señaló que en dicho contexto “México ha sido el paciente, el cuerpo enfermo sobre el que se han experimentado estos modelos” en los que la historia mesoamericana, aquella que empieza con las primeras poblaciones  que habitaron este territorio hasta el 11 de octubre de 1492, ha sido deslucida.
“En México, según cuentan las crónicas, se hablaban más de 150 lenguas, 500 años después hay menos de la mitad. Hoy ya no se revisa con asombro la historia, ya no hay una protohistoria de este país; la invasión española llenó los ríos de sangre, hubo una pérdida de lo sagrado, y hoy lo que miramos del pasado es considerado una ruina arqueológica”, indicó.
Kalu Tatyisavi reflexionó que no se trata de hablar de datos fríos, sino de hacer una reflexión, ya que la realidad es más complicada que los números. Para el poeta parece que las lenguas originarias “son palabras atrapadas en la garganta, como una voz a la que no responde el eco”.
El autor del poemario Savi Iya kuaa, una voz ñuu–savi que designa la frase “lluvia nocturna”, añadió que la guerra, la epidemia o el abandono han sido las causas por las que se han perdido las lenguas.
Enfatizó que la pérdida es de todos –académicos, hablantes, mestizos, gente indiferente–, y distinguió que existen cuatro tipos de culpas: la criminal, la política, la moral y la metafísica.
La primera es de “aquel que empuña el filo en silencio y luego arroja las flores”; la política es de aquellos que se asumen como tal y no comprenden la realidad de los pueblos; la culpa moral, aquella que es pública y familiar que permite la misma desprotección y olvido; y la metafísica, que dicta que la lengua no admite dogmas.
Acotó que es erróneo continuar con el concepto de pueblos indígenas y que en su lugar hay que llamarlos pueblos originarios, ello porque es un concepto que tiene que ver con los herederos de estas tierras.
Lo mismo para el término de “indio e indígena”, que como señaló el antropólogo Guillermo Bonfil Batalla, “los indios no existían antes de la invasión, sino que se inventaron por error e ignorancia de los españoles que crearon esta categoría genérica”.
Pasa igual con el concepto de “grupos étnicos”, ya que más que habitar una región en común, los pueblos originarios tienen una relación de sangre que hay que resignificar. “La idea de los grupos étnicos es un eco impuesto que impide la alteridad; los pueblos tienen el derecho de llamarse y autodefinirse, de construir una lengua que no está hecha desde afuera y que es necesario reescribir”.
Kalu Tatyisavi distinguió que es mejor llamarlas como naciones, pues es un término que significa “nacimiento” y habla de pueblos que tienen su propio territorio, su historia, su lengua, su cultura y su ciencia.
“Rescatar a las lenguas y evitar su pauperización no es fácil; es un esfuerzo conjunto, permanente y plural, ya que como dijo José Martí: o nos salvamos juntos o nos morimos todos”, finalizó

Por la discriminación, indígenas niegan sus orígenes y lengua materna: CEDIPIEM


Toluca, Estado de México., 26 febrero 2013.- El vocal ejecutivo del Consejo Estatal Para el Desarrollo Integral de Pueblos Indígenas del Estado de México (CEDIPIEM), Rafael Díaz Bermúdez, consideró que los censos de población reflejan un número inferior al real, ya que por la discriminación, muchos indígenas niegan pertenecer a una etnia y, sobre todo, que hablan una lengua indígena.
 
El funcionario indicó que en el Estado de México hay 386 mil hablantes de una lengua originaria, sin embargo, consideró que debe de haber más personas que emplean una lengua distinta al español, pero lo niegan. Dijo que entre los indígenas prevalece la negación, factor que se debe combatir a la brevedad para saber realmente cuántos indígenas hay y cuántos de éstos emplean la lengua materna. Agregó que en cada censo que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en la numeralia se reduce la cantidad de indígenas y hablantes de estas lenguas en la entidad, sin embargo, consideró que no se ve reflejada una reducción en las comunidades. El vocal ejecutivo del CEDIPIEM señaló que se están promoviendo cursos para niños y adolescentes en las comunidades, que son impartidos por los adultos mayores de cada etnia, ya que son los que dominan mejor la lengua.
 
Díaz Bermúdez señaló que también los programas del gobierno federal y estatal, han logrado que los indígenas se acepten y reconozcan como tal, ya que si no lo hacen, no pueden ser beneficiados.
 
Finalmente, comentó que en la entidad hay cinco lenguas originarias y las que más se hablan son la mazahua y la otomí; mientras las que tienen menor número de hablantes son la náhuatl, la matlatzinca y la tlahuica.

Fuente: diarioportal.com