lunes, 5 de noviembre de 2007

Realidad del México Negro

El esplendor del pasado africano se desconoce en México. Los negros llegados a estas tierras fueron despojados de sus culturas, sus idiomas, sus religiones, sus familias, sus posesiones; el de las naciones indias está a la vista: ciudades, monumentos, códices, documentos, muestran y demuestran la magnificencia y el refinamiento de sus civilizaciones. Sin embargo, ambos, africanos y americanos, padecieron la segregación, el racismo y la discriminación. Los afrodescendientes se integraron al sistema, asumiendo que su condición era negativa, y se afirmaron siendo mestizos.

Más no únicamente en la Costa Chica hubo y hay influencia de los esclavos africanos: una mirada atenta a las historias regionales ha mostrado su presencia en todo el territorio mexicano.

Los descendientes de africanos, cuyo fenotipo es inconfundible, se concentran en la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, aunque no aparecen como tales en los censos, documentos oficiales, libros de enseñanza básica, ni forman parte de la conciencia colectiva. A diferencia de los indígenas (quienes a pesar de la discriminación y el racismo que padecen, existen y son reconocidos como una de las raíces de lo mexicano), los descendientes de africanos que llegaron, nacieron y se mezclaron con europeos y americanos, son invisibles. La excepción ocurre en Oaxaca: su legislación considera a los afrooaxaqueños como una etnia.

Los afromexicanos son ignorados por el gobierno y discriminados por la sociedad. La población negra de México y sus condiciones "son casi invisibles en la conciencia nacional", afirmó el estadounidense Bobby Vaughn, de la universidad californiana Notre Dame de Namur, quien por varios años trabajó en un proyecto de investigación sobre la población negra de la Costa Chica de Guerrero y partes de Oaxaca.

"Vivimos en una sociedad pigmentocrática", dijo por su parte Sagrario Cruz-Carretero, antropóloga de la Universidad Veracruzana quien se identificó como parte de una población negra, que, según sus palabras, enfrenta el "estigma" de ser negra y a veces ni siquiera estar consciente de ello.

Cruz-Carretero y Vaughn denunciaron una sociedad en la que el color de la piel marca los estándares de éxito y belleza, en las que los medios reflejan la composición racial del país, en la que la sociedad misma discrimina a indígenas y afromexicanos, y en la que el gobierno hace poco para remediar las situaciones de pobreza y marginalización de ambos grupos.

En adición, los descendientes de africanos llevados a México durante la Colonia no son contabilizados ni reconocidos como una población con cultura y características propias.

Vaughn hizo notar por su parte que muchos mexicanos parecen ignorar de hecho que haya personas de origen africano en el país y con frecuencia los tratan como si fueran "indocumentados centroamericanos" y los someten a experiencias "humillantes".

De acuerdo con datos estadísticos, menos de 2 por ciento de la población mexicana tendría origen africano, aunque Cruz-Carretero hizo notar que no hay un censo preciso. Cruz-Carretero indicó que ciertamente en México hay una amplia legislación en contra de la discriminación, pero también subrayó que hay diferencia entre la ley y la realidad.

A pesar de su segregación y el ocultamiento de su presencia en la cultura mexicana, muchos afrodescendientes demuestran con orgullo sus raíces africanas y buscan lograr una valorización de sus aportes en la historia de México. Prueba de ello, es el proyecto Afromexico que podrán visitar en www.afromexico.org.

Como nota positiva, también hemos incluido un artículo sobre danzas afro en Costa Chica, Oaxaca, en la sección “Culture Club”.

http://es.caoba.org/edicion2/mundo_actual/afromexico/article.htm



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